A uno le gustaría usar más humor en sus clases… en serio. Quizá fuese una forma de «enganchar» a los alumnos, especialmente cuando uno toca temas «áridos» y complicados ante los que la mayor parte de nuestros jóvenes de hoy enseguida se rinden.
No obstante, mi experiencia me dice que con frecuencia muchos (más de los que me gustaría) no entienden que detrás de todo ese humor se les está explicando una cosa muy seria… y compleja… y enormemente importante para ellos y su futuro laboral. Vamos, que el «Cloperastina fendizoato» es el componente principal del jarabe que quita la tos… y que si le añaden sacarosa es para que entre mucho mejor. Mi experiencia me dice que si planteas una práctica que invite a reír… probablemente se la tomarán a risa… y el resultado dará pena.
En fin, todo este rollo para decir que se me ha pasado por la cabeza empezar una de las prácticas de POO del segundo cuatrimestre con el siguiente enunciado… pero a saber lo que haremos finalmente.
Segismundo Barcetres es un joven de cuarenta-y-muy-pocos años de nuestra ciudad. Sus amigos, si los tuviera, le llamarían Segis. Segismundo no es especialmente agraciado en lo relativo a sus relaciones con los demás. De hecho, es especialmente des-agraciado en sus relaciones con los demás. Quizá por ello, no se sabe, su vida social es prácticamente nula… al menos en lo que se refiere al mundo real, pues en los círculos virtuales de Internet dicha vida social es inexistente.
Sobra decir que Segismundo estudia el Grado en Ingeniería Informática y sueña, como no podía ser de otra forma, con ser guapo, joven y rico como sus profesores de Programación Orientada a Objetos, a los cuales idolatra… como hacen el resto de sus compañeros. Por supuesto, este sentimiento no tiene nada que ver con el hecho de que sean ellos los que lo van a examinar. Como él suele decir: “esta última circunstancia es meramente circunstancial”, o también: “esta última coyuntura es meramente coyuntural”, sin olvidar: “este último hecho es meramente hechal”.
…y sigue 🙂